jueves, 21 de junio de 2012

Use Somebody

USE SOMEBODY


I've been roaming around,
He estado vagando,
I was looking down at all I see
Bajando la vista ante todo lo que veo
painted faces,
Caras pintadas,
fill the places I can't reach
Rellenan los lugares que no puedo alcanzar

Cómo me recuerda esta canción a nosotros. Siento que estoy vagando por el mundo y tú siempre has estado tan cerca y tan condenadamente lejos… que siento que todo lo que he hecho en esta vida desde que te conozco ha sido vagar por calles, ciudades, países, buscando en cada cara la tuya; intentando rellenar mis vacíos con cualquier otra mujer. Intentando alcanzarte, llevarte a lugares nunca descubiertos por ambos. Lugares que ya no tienen sentido si no puedo compartirlos contigo.

You know that I could use somebody...
Sabes que podría usar a cualquiera
you know that I could use somebody...
Sabes que podría usar a cualquiera

Y lo sabes, sabes que puedo usar a cualquiera, que puedo acostarme con cualquier mujer. Cualquier mujer estará deseando compartir un rato de cama conmigo. Sabes que para mi es un reto y un aliciente, es un juego; un juego al que antes jugaba despreocupado, que luego jugué contigo y para ti, pero que ahora carece de aliciente y contenido. Ahora que no puedo tenerte, el juego ha perdido su sentido; no me apetece jugarlo con nadie más. Me falta la reina del ajedrez y las demás no son más que meros peones que me como, pero que no tienen valor, no si no está mi reina en el tablero.

Someone like you
Alguien como túand all you know
Y todo lo que sabes
and how you speak
Y la forma de hablar
countless lovers
Amantes incontablesundercover of the streets
Clandestinos de las calles

Podría, podría usar a alguien que fuese como tú, pero sé que es imposible. No voy a poder encontrarla. No voy a poder descubrir a otra con tu forma de hablar, de moverse, de sentir…. Otra que me conozca tan bien, que sepa tanto de mi, que me invada de una forma tan arrolladora que me hace sentir completo, como si me conociera de toda la vida, como si no tuviera que explicar nada ni decir nada porque ya me conoces.

You know that I could use somebody...
you know that I could use somebody...
Someone like you

Sabes que podría usar a cualquiera de las otras, de esas que me tropiezo  por las calles, de esas a las que arrastro a encuentros clandestinos a media luz. Pero siempre les pongo tu cara. Ya no me sirve porque busco a alguien como tú.


(Oh, oh, oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh, oh, oh [wha-ah-ah]
Oh, oh, oh, oh, oh, oh [wha-ah-ah]
Oh, oh, oh, oh, oh, oh)

Off in the night,
Roto en la noche
while you live it up,
Mientras tú te lo pasas en grande
I'm off to sleep
Estoy demasiado roto para dormir
waging wars to shape
Moviendo guerras para moldear
the poet and the beat
Al poeta y al ritmo

Y sin embargo, te veo renacida, rehecha. Disfrutando de la vida como sólo tú sabes hacerlo. Con tu energía arrolladora, dándoles a los demás lo que una vez me diste a mi. Y me rompo, porque se me han quitado hasta las ganas de dormir y sólo busco batallas que ganar aunque las sepa perdidas de antemano. Soy un artista, un poeta de las formas que se ha quedado sin inspiración, sin musa y sin compañera.


I hope it's going to make you notice...
Espero que esto te haga darte cuenta…
I hope it's going to make you notice...Espero que esto te haga darte cuenta…

Pero no lo doy todo por perdido. Ya me he dado cuenta de que no puedo prescindir de ti, de que te necesito conmigo. No voy a pedirte nada ni a exigirte nada, sólo me vale que estés a mi lado, que volvamos a jugar juntos. Espero que estas letras te hagan darte cuenta de que todavía existo, de que alguien como yo….


Someone like me...
Alguien como yo…

(Oh, oh, oh, oh, oh, oh) Someone like me...
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh) someone like me... somebody...
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh) [wha-ah-ah]
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh)

(I'm ready now, I'm ready now
I'm ready now, I'm ready now
I'm ready now, I'm ready now
I'm ready now)

Ya estoy preparado
De que alguien como yo está ya preparado para jugar, para volver contigo, para ocupar mi sitio a tu lado.

. . . . . .
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh) Someone like you... somebody
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh) Someone like you... somebody
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh) Someone like you... somebody
(Oh, oh, oh, oh, oh, oh)

I've been running around, I was looking down at all I see...

La música seguía fluyendo lentamente en aquel bar medio desierto de Berlín. Qué casualidad, Kings of Leon…  allí estaba yo, tomándome una cerveza en una cálida noche de verano alemana, esperándole en una terraza. Me encanta esta ciudad, tan bohemia, tan abierta… no se parece a muchas. Me impresionó la primera vez que estuve, tantos años atrás. No me la esperaba. Quizá por eso estaba tan abierta a sentir, una ciudad que me sorprendió, un hombre que siempre me sorprendía…. Y yo, que siempre me sorprendo de mi misma. La vida es una absoluta y deliciosa sorpresa, pensaba mientras observaba a 2 hombre que conversaban animadamente en frente de mi. No se me había escapado que me observaban y probablemente, hablaban de mi, amparándose en su idioma impronunciable. Les volví a mirar y el moreno y yo cruzamos la vista. Esta vez no la aparté, la sostuve con mi sonrisa más sensual, con mi seguridad más aplastante. Me la devolvió con sus blancos y perfectos dientes que resaltaban sobre su piel morena. Ciertamente, no parecía alemán; su amigo, tampoco. Aunque más claro de tez y castaño, parecía más del sur de Europa que germano.

Algo me distrajo y retiré la mirada de la suya. No sabía bien qué había podido ser… ah! Ahí estaba Ángel… le había presentido incluso antes de verle. Siempre nos pasaba igual, esa especie de intuición, esa complicidad que había entre ambos. Hacía meses que no le veía por una pequeña discusión y le echaba de menos, pero sabía que nada había cambiado entre nosotros. Para mi sorpresa, se sentó en otra mesa de la terraza, pidió una cerveza y se quedó ahí, mirándome fijamente y sonriendo. Quería jugar… algo en mi interior me dijo que había presenciado la escena con los 2 chicos alemanes.

Me armé de valor, cogí mi cerveza y me acerqué a la mesa donde los 2 chicos seguían conversando sin dejar de lanzarme miradas. “kann ich ein Platz nhemen?” y sin esperar respuesta de sus desconcertados rostros me senté. Evidentemente, ellos no lo sabían, pero hablaba alemán con bastante fluidez. Miré por el hueco que quedaba entre ambos y vi la cara de Ángel, que se relamía la espuma de su cerveza, con sus ojos fijos en mi. Asintió levemente y eso me excitó. “Ya he mojado las bragas” pensé, y supe que él también lo sabía. Empecé a charlar con los 2 chicos, pero poco me interesaba su conversación, así que en un momento dado, agarré con mis manos la cara del moreno y apoyé suavemente mis labios en los suyos. Mi lengua empezó a abrir la barrera de su boca, buscando la humedad que escondía y el beso se transformó en agua y en mucho calor. Me separé de golpe, dejándole con ganas de más, con los ojos cerrados esperando que siguiera. El amigo nos miraba atónito y yo le sonreí. No era capaz ni de devolverme la sonrisa, así que de forma muy resuelta, me levanté de mi sitios y me senté en sus rodillas. Su cara era ya de puro desconcierto, mezclada con una violenta excitación que yo ya notaba debajo de mis piernas. Así que le susurré suavemente en el oído: “Sabes que debajo de mi falda no llevo bragas?” y le besé. No tardé nada en sentir su mano subiendo por mis suaves muslos, buscando descubrir la verdad de mi afirmación. No le puse impedimento, abrí las piernas para facilitarle el camino y él siguió hasta llegar a mi coño, por aquel entonces ya empapadísimo. Se detuvo ante el tacto suave de mi coño completamente depilado, pero fue sólo un momento, rápidamente siguió hasta acariciar toda mi hendidura que palpitaba caliente.

Hacía tanto que no la veía que no terminaba de recordar lo cachondo que me ponía. Cachondo y celoso a partes iguales. Qué juguete, que juguete tan sorprendente descubrí aquella noche a través de un espejo. Y era ahora cuando la estaba viendo jugar, porque está jugando para mi, eso está claro. ¿Hasta dónde estará dispuesta a llegar por follarme? Estoy seguro de que sabe que si no se los folla, me voy a pirar sin tan siquiera decirle “hola”.

Ya estaba entregada, lo notaba. Mi nivel de excitación crecía por momentos y lo hizo de manera exponencial cuando el moreno se unió a nosotros y empezó a tocarme los muslos. Ya no aguantaba más. Me separé de mi presa y le susurré al oído: “nos vemos en el baño?” y antes de que fuera capaz de responderme, me levanté y fui hacia dentro del bar. Antes de entrar, me paré en seco y miré directamente a Ángel a los ojos. Mi media sonrisa se lo dijo todo. Quería que él estuviera, que viera cómo me iban a follar esos 2 desconocidos.

Seguí caminando hacia la parte interior del bar, ellos siguiéndome a una distancia prudencial: Miré a los lados y me colé en el baño de hombres, siempre mucho más discreto que el de mujeres. No tardaron mucho en entrar ellos y cuando me giré a mirarles no me dio tiempo a mucho más. En seguida estábamos enredados en brazos, manos y bocas, lenguas húmedas y calor, mucho calor. No noté cuando se abrió la puerta y entró Ángel. Sólo lo supe porque mis acompañantes pararon. Él y yo nos sonreímos, y ellos entendieron todo cuando nos vieron y él se apoyó contra la puerta para no dejar pasar a nadie. Yo ya estaba como loca. Me agaché, les desabroché el pantalón y me metí sus 2 pollas en la boca. Mientras me las comía le miraba a él que había comenzado a tocarse por encima del pantalón y supe que iba por el buen camino.

En un momento dado, el moreno me agarró del pelo para levantarme. Me llevó con el y se sentó en el limpio inodoro. Lo tuve claro. Me levanté la falda y le monté, ensartándome su polla de golpe. Empecé a cabalgarle hasta que sentí la presencia del rubio. Entonces, juguetona, me eché hacia adelante ofreciéndole mi trasero. No tardé en sentir su polla intentando entrar en mi culo, que se movía al ritmo de la cabalgada. Cuando sentí las 2 pollas dentro de mi, creí desfallecer. El rubio no tardó mucho. Mi culo aprisionaba tanto su polla y la situación era tan impresionante que se dejó llevar. Con sus alaridos llegó el orgasmo del segundo y allí me dejaron, sudorosa y excitada, entre ellos. Empezamos a separarnos y a salir de las estrecheces en las que estábamos y cuando me recompuse le vi a él, sonriendo. Me acerque y le susurré en el oído: “Jugamos?”

No pude más que decirle: “claro, capricho”. La abracé fuerte, la levanté del suelo y me la llevé colgada de mi cuello, como sabía que a ella le gustaba. Ahora estábamos los 2 juntos otra vez y le iba a regalar el polvo de su vida, ahora ya no necesitaba usar a nadie. No lo necesitaba, la tenía a ella.

domingo, 3 de junio de 2012

Gracias

Te veo entrar, tal alto, tan guapo... Que me cortas la respiracion. El pelo negro echado hacia atras, rebelde, tupido, que te da un aire de tipo duro; los brazos fuertes y poderosos, se adivinan bajo la camisa, al igual que tu pecho amplio, ese en el que me gusta recogerme. Me das los buenos días, como siempre haces cuando me subes el correo al despacho y no puedo evitar ponerme colorada. Te has dado cuenta de que tengo la vista clavada en la mesa de reuniones, esa que tanto juego nos ha dado mas de una vez.

Me sonríes y ya sabes que he perdido toda voluntad. Me levanto y voy hacia ti, con la intención de recoger el correo que me traes. Pero tú eres más rápido: de 2 zancadas cubres la distancia que nos separa, arrojas el correo encima de mi mesa con una mano y con la otra ciñes mi cintura para no dejarme escapar. Entonces me abandono en tus ojos y siento que me hago líquida para mojarte y atraparte en mi marea. Te echo los brazos al cuello para darme impulso y aupándome, te rodeo las caderas con mis piernas. Y ahora sí, tus grandes manos atrapan mi trasero y me llevas en volandas para aplastarme contra la pared, para dejarme entre ella y tu placer. Te muerdo los labios, los acaricio con mi lengua... La ropa empieza a volar, me aplastas contra la pared, los pechos desnudos de ambos se funden en uno.

No llevo bragas y soy tremendamente liquida, no te cuesta nada acariciarme con tu miembro duro y caliente. Y lo siento, siento que voy a perder el control, que me voy a perder en tus ojos y en mi humedad, en tu calor y en el mio, que nos vamos a fundir.

Me llevas a la mesa, me agarro al borde y te ofrezco mi grupa. Me acaricias, te inclinas sobre mi y me besas, rozas mis nalgas con tus labios. Me lames, me pruebas con tu lengua y notas que ardo. Eso te anima a ir más allá, a abrirme poco a poco, a jugar con tu lengua por toda mi hendidura. Y cada vez soy más líquida... Me gusta que me lamas, que descubras mis recovecos, que abras mis hendiduras que buscan abrirse a algo más. No puedo esperar mucho más y lo notas. Te inclinas sobre mi y me besas tiernamente el cuello, entrelazas tus dedos con los míos disfrutando de esa intimidad y entonces, lento pero firme, te abres camino dentro de mi, buscando ser recogido, acompañado hasta lo más hondo de mi ser.

Jadeo y me embistes, y acompaño tus embestidas con mis jadeos, buscando con mis nalgas que llegues más hondo, más fuerte. Tus manos siguen enlazadas en las mias y me incorporo buscando tu intimidad, pegando mi espalda a tu pecho. Me coges la cara con las manos y siento que se para el tiempo. Y nos besamos, perdiendonos el uno en el otro. Empujas de repente, sin previo aviso, arrancandome una exhalación de placer desde lo más hondo de mis entrañas. Estoy temblando y tú acaricias suavemente mis costados, me vuelvo a estremecer.

Te acercas a mi oido y me susurras: quiero dártelo todo, quiero dártelo en la boca, quiero calmar tu sed. Y sales despacio, abandonándome, privándome de tu intimidad. Tiemblo como una hoja al oírte y tú me das la vuelta y me besas suavemente. Me arrodillo y te miro desde abajo, con los labios entreabiertos, brillantes de saliva. La dejas ahi y mi lengua, ávida, la acaricia. Sabe dónde lamer, lo sabe muy bien. Me la meto entera en la boca y comienzo a comértela lentamente, concienzudamente, mordisqueandola, haciéndola mía. Chupo uno de mis dedos y acaricio tus nalgas, entre ellas... Ya sabes lo que voy a hacer. Coges mi dedo y lo guías dentro de ti. Te oigo gemir, agarras mi pelo y me follas suavemente la boca mientras yo invado tu ser con mi dedo. Sé que te vas a correr y un alarido tuyo de placer lo corrobora. Estallas en mi boca, llenándola, estremeciéndote desde los pies hasta el pelo y yo permanezco agarrada a ti, jugando con mi dedo, recibiéndote con mi boca. Te agachas, jadeando, buscando compartir tus fluidos en un beso ardiente. A regañadientes te doy parte de mi premio y sonriendo, me dices: soy todo tuyo.

Me incorporo y me apoyo en la mesa, las piernas semiabiertas, si dejar dudar a la imaginación. Te agarras a mis muslos y me lames. Besas cada parte de mi, me lames y lo noto, tu lengua ha encontrado lo que me gusta. Y estoy muy cerca de dejarme ir. Te lo digo pero sigues tu ritmo, cadencioso, lento, como a mi me gusta. Y no lo puedo reprimir por mas tiempo. El orgasmo me invade de una manera brutal. Te aparto suavemente mientras las oleadas de placer me sacuden y hacen que me doble sobre mi misma. Me quedo así, abrazada a tu cabeza, y te susurro: gracias.

Gracias a ti.... Me dices.

Por fin

Por fin nos vemos. Lo habíamos planeado desde hace tanto tiempo... Y por fin os veo, por fin estamos juntos en la intimidad de la habitación. En ese momento sólo se me ocurre abrazarte y enterrarme en tu hombro, entre tu pelo limpio que huele tan bien. Me acaricias la espalda y me aprieto contra ti. Sé que no está bien, que le estamos dando de lado, pero no lo puedo evitar. Tu contacto me tiene atrapada, como los polos opuestos de un imán, y ni puedo ni quiero soltarme de ese abrazo que va a terminar por fundirnos.

Asi abrazadas caminamos hacia la cama. Él lo entiende y discretamente se retira, se funde en la pared, se hace cuadro visible y presente, lejano y ausente, atrezzo de nuestras fantasías. Y acaricio tus labios con los míos con timidez, asustada de tu respuesta, hasta que siento tu lengua abrirse camino entre ellos buscando la mía, reconociendose en ella. Me abandono a tus manos y a tu boca y se para el tiempo, se vuelve eterno ese instante entre las 2, descubriéndonos, forjando la intimidad a golpe de caricias y de deseo.

Bajo por tu cuello repartiendo suaves besos por tu clavícula, por tus pechos, mordisqueo tus pezones; te empujo delicadamente hacia atrás y sigo mi camino hacia tus profundidades. Introduzco mi lengua en tu ombligo y mi mano decide explorar por su cuenta. Acaricio tu pubis mientras mi boca besa tus ingles, mi dedo gordo busca tu clítoris y ya, ya se ha dado cuenta dónde te gusta... Ya lo sabe y guía a mi lengua, nueva en estos lances. Le enseña dónde tiene que lamer, cómo tiene que presionar. Y sé que se lo ha enseñado bien, pues te oigo gemir suavemente. Decido aventurarme más y busco la entrada a tus secretos con mis dedos, que entran decididos, maestros de un arte que ya conocen, arrancándote un grito de placer que nace de lo más hondo de tus entrañas. Mi lengua sigue lamiéndote despacio, saboreándote, mientras mis dedos presionan y se retiran, una y otra vez, recogidos por ti.
Y entonces, sorprendida, lo noto. Te haces agua, líquida, y mis dedos quedan atrapados por ti, en oleadas crecientes. Te agarras a mi pelo, me estiras de él y me haces daño, pero no cejo en mi empeño de acompañarte en cada sacudida de tu orgasmo. Porque es mío, ese orgasmo es mío, es mi premio y me lo quiero cobrar. Quiero beber de ti, que sacies mi sed y no te suelto ni cuando veo que el orgasmo ya ha remitido. Sigo libando de tus entrañas hasta que me retiras suavemente y vuelvo a mi realidad.

Me sonries y me aúpo a tu lado, abrazándome a tu costado, reposando mi excitación. No me doy cuenta de que te incorporas, he debido quedarme dormida en tus brazos. No te siento hasta que estás sobre mi, sonriéndome pícara, abriendo mis piernas para meterte entre ellas. Y entonces, lo noto; lo noto pero mi cabeza es incapaz de registrar esa sensación asociada a ti. Me siento penetrada pero eres tú la que estás sobre mi. Cuando miro por encima de tu hombro y le veo sonriéndome, lo entiendo todo y me relajo, te dejo hacer. Me follas, me embistes una y otra vez con ese artilugio del demonio que me está volviendo loca y busco tu boca, el contacto de nuestros pechos, el roce de nuestra piel mientras te mueves dentro de mi. La base de esa polla de plástico nos acaricia el clítoris a ambas y siento que me voy a morir. Se me va la cabeza y me invade un orgasmo tan brutal como el sentir tus dientes en mis pezones mientras me haces tuya. Aúllo de gusto, pataleo hasta quedar exhausta y languidezco sobre las sábanas, viendo tu sonrisa, tu hermosa sonrisa.