jueves, 7 de marzo de 2013

Y sin embargo, te quiero

Hace ya unos cuantos días que me recomendaron un blog que trata las situaciones problemáticas en las parejas (ysinembargotequiero.com) y me llamó mucho la atención una entrada del mismo que dice así: 



"Cómo superar una ruptura (VII). Cuidado con las relaciones afectivas.


Lo más probable después de una ruptura es que no te apetezca estar con nadie más por un tiempo, pero, antes o después, la necesidad de vincularnos con otra persona aflorará de nuevo. En estas circunstancias son muy frecuentes las relaciones breves en las que se busca más el afecto y el cariño o un mero desahogo sexual, que una nueva pareja estable. Coincido plenamente. Es más la necesidad de recuperar una autoestima perdida, de sentir que todavía mereces la pena, que te achuchen y te hagan sentir bien que otra cosa.
Esto es algo absolutamente normal, pero debemos tener cuidado, sobre todo si se puede estar dando alguna de estas situaciones:
-Nos lanzamos a un montón de relaciones sexuales y/o afectivas breves, que “usamos” como alivio temporal de nuestra tristeza o ansiedad. Vienen a servir como un tranquilizante, pero acaban por hacernos sentir mal. Bueno, esto según cada cual y su forma de ver el sexo en cuanto a relaciones sexuales esporádicas. Las sentimentales ya son otro cantar.
-Tratamos de establecer una relación afectiva demasiado pronto, e insistimos aún cuando no estamos preparados para enamorarnos otra vez. Es cierto. No estamos preparados. Yo no quiero una relación afectiva ahora mismo porque no sé lo que quiero y porque mi forma de entender una relación afectiva ahora mismo está viciada.
-Al sentirnos más vulnerables nos enganchamos rápidamente a la primera persona que está disponible, a pesar de que pueda resultar una relación negativa para nosotros. Cierto. Como soy muy fan del refranero español, a esto se le llama "una mancha de mora otra verde te quita". Te enganchas, que no enamoras, para poder seguir en pie hasta que ordenes tus sentimientos y pensamientos, aun cuando sabes que probablemente repitas patrones o que esa otra persona sea tóxica.
-Escogemos una pareja muy parecida a la anterior y repetimos el mismo esquema de relación.  Si antes no fue bien, es probable que ahora tampoco. Como decía anteriormente. Si la relación ha acabado, por ejemplo, porque la otra parte era un manipulador y un mentiroso y tú te plegabas a todo por miedo a perderle o a que simplemente te hiciera daño verbal, el siguiente será parecido, lo buscarás parecido y te hará sentir parecido.
Si te identificas con alguna de estas situaciones quizá necesitas esperar un poco más para volver a  establecer una relación de pareja. Apóyate afectivamente en las personas que te quieren y se preocupan de ti. "
Está claro que al final las vivencias personales de cada uno marcarán los tiempos de recuperación, pero que lo más importante es echar mano de lo seguro: de los amigos de siempre, de la familia, de ese capital humano que ha ido creciendo contigo a lo largo de tu vida. Que te entiende y conoce, perdona y olvida y está ahí para todo. Lo demás, ya llegará si tiene que llegar. Lo importante es reconstruirse uno mismo y sentirse en plenitud por si solo y si ha de llegar alguien, saber decir NO a lo que no queremos y decidir sin miedo y sin coacciones. Porque de por sí, ya simplemente por ser nosotros mismos, ya somos lo suficientemente importantes y valiosos como para llenar nuestra propia vida y no dejar que vengan otros a joderla.