miércoles, 29 de febrero de 2012

El sueño de una noche de verano

Y soñé... soñé con una cálida noche de verano en la que 3 de mis mejores amigos y yo nos íbamos de copas. Como en los viejos tiempos, unas cervezas, unas botellas y un picnic en el campo, viendo la ciudad desde lo alto. Una luna clara e intensa bañando nuestros cuerpos. Y comienza como siempre, recordando... la de cosas que hemos vivido juntos! nuestros años de facultad, locos, se me antojan ahora fugaces; los atraparía otra vez con la mano para no dejarlos escapar. La complicidad y el buen rollo que teníamos no han decrecido un ápice, sino todo lo contrario. Siempre me consideraron uno más y así me gusta que lo hagan, pues me siento uno más. Muchas de sus correrías no las he vivido, pero siento como si hubiera estado allí, observándoles, disfrutando con ellos.
 
¡Qué pena que no vinieras, nena!-me dice A. en un momento. -Lo hubieras pasado en grande-
Ya, sí, pero como siempre os olvidáis de que soy una tía. ¿Y qué hubiera hecho yo ahí en medio? vosotros de caza ¿y yo?-le palmeo la espalda, como para recriminarle por su ocurrencia
Tú... ¿qué? pues hubieras cazado con nosotros- M. iba ya brillante.-Como si eso te asustara... anda que...-

Y la verdad es que me callo y me quedo pensativa. Muchas veces me he contenido y no he querido ir con ellos por no fastidiarles el plan. Muchas otras, también, por seguir manteniendo mi fachada de amiga, de "uno más". Nadie me quitaba que en alguna de esas correrías hubiera acabado siendo yo la cazada. Lo sé muy bien, perfectamente. Salvo uno de ellos, los demás sí me habian dicho abiertamente que querían tener algo conmigo. Y eso frena. No quiero que se acabe el buen rollo. Pero esta noche... tanto calor, tanta cerveza y tantas risas... no me he percatado de que mi mano sigue en la espalda de A. y quema, quema mucho.

El tema se ha desviado de los recuerdos a la época actual. A. tiene novia desde hace muchos años y no se decide a casarse. Ella le cazó de mala manera y el resto le vemos como un vencido. M. tiene novia también, pero desde hace poco. Mucho más joven, jovencísima... pero vieja de mente. Y la cuernea todo lo que le sale. Siempre he pensado que M. es bisexual, pero qué paradoja, nunca me he atrevido a preguntárselo... es taaan reservado. B. es un cielo de niño, con una novia dominanta. Sé que le atraje en su día, pero a mi no me gustaba, así que todo se quedó en un tira y afloja. Y yo... yo en mi sitio, que es el mío.

Nos embarga la nostalgia y nos quedamos callados, mirando al cielo, a esa luna brillante y gorda. Y no sé cómo, tan juntos, apenas unos centímetros estamos, me giro y la boca de M. se estampa en la mía con violencia. Me coge completamente por sorpresa y reacciono dejándome llevar, mientras pienso frenéticamente qué hacer. Mal plan, mi estado dubitativo insta a A. a colocarse detrás de mi y empezar a acariciarme la espalda, lentamente, apartando los tirantes de mi vestido, dejándolos caer de mis hombros. Mi cuerpo responde y me alarma, siento fuego dentro de mi y respondo al beso cada vez con más urgencia. Agarro la nuca de M. para que no se me escape y mi cuerpo se voltea hasta quedar echados los 2. Él debajo, yo encima... y detrás de mi A. que aprovecha para desabrochar mi vestido y empezar a sacármelo suavemente, sin prisa. Le noto acariciando mis curvas, mis caderas, mis costados. Se detiene en el comienzo de mis pechos y sube a jugar con mis pezones.

B. nos mira desde la distancia. Siento cómo tiene sus ojos clavados en nosotros. Mecánicamente se mete la mano en los pantalones y comienza a hacerse una paja, lentamente, disfrutando de lo que ve. Le miro y me sonríe... Dios, ya no sé ni dónde estoy. M. agarrado de mi culo se frota contra mi y A. ha conseguido quitarme el vestido y dejarme sólo con el tanga. En verano, lo saben, nunca llevo sujetador. M. no para de besarme ni yo de moverme frotando su polla, ya muy caliente y dura. La noto a través de sus vaqueros. A. se desnuda, se coloca nuevamente detrás de mi y me alza hacia atrás cogiéndome de las tetas. Me dejo hacer, como un juguete entre sus brazos, y me pasa sus labios por el cuello, me besa, me muerde, me lame...M., debajo, empieza a desnudarse también. Estoy tan cachonda que mi culo busca la polla de A. Despacito, mientras sigue cogiéndome de las tetas, él me la mete suavemente. Primero el capullo, luego un poco más.

M. me arranca de los brazos de A. tirando de mi brazo hasta que caigo sobre su pecho desnudo. Me besa y me susurra en el oído: Ahora te vamos a follar los 2. Noto cómo me empapo más, sin control, y me siento de golpe sobre la polla de M. que gime con fuerza. Me muevo lentamente, sintiendo toda su polla dentro, cada pliegue, cada borde... A. sigue detrás. Suavemente, con una mano en mi espalda, me va empujando hacia delante, dejando mi culo expuesto. Sus dedos empiezan a jugar, dilatándome, mientras soy follada por M. Ya no sé ni qué sentir, estoy en mi planeta sexo. Poco a poco, A. va metiendo su polla por mi culo, dejando que entre sola, con cada embestida de M. En poco tiempo tengo 2 pollas dentro de mi, moviéndose a la vez, rozándose la una con la otra. M., tumbado, me agarra de las caderas y A. está aferrado a mis tetas. En ese momento, si hacer ruido, B. se acerca a nosotros. Despacio, coloca su polla muy cerca de mi boca y yo, como si fuera lo único que tenía en mente hacer, comienzo a comérsela. No puedo creerlo, mis 3 amigos llenan todos los agujeros de mi cuerpo. La constatación de ese hecho me lleva a un orgasmo brutal, inmediato. Me sacude entera y hace que M. y A. se corran también. Con cada espasmo jadeo más fuerte y B. aprovecha para taparme la boca con sus embestidas, hasta que también se corre, llenándome la boca con su leche espesa y caliente.

Sin decir nada nos vamos separando. Nos tumbamos en la hierba disfrutando del momento, enredados, cansados y sudorosos y siento cómo me voy quedando dormida. ¿O quizá es que estoy amaneciendo de mi sueño?

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Soy sumisa y no me he enterado?

Será que sí, que lo soy.... que bueno, vale, lo soy a veces. A veces sí y a veces no. Va por momentos.... pero va a ser que en este momento de la vida me pide el cuerpo ser sumisa. Tanto estrés laboral, todo el día con los pantalones puestos y el látigo fuera cual dominatrix, me hace llegar a mi vida privada con ganas de dejarme hacer. Y no es que me considere pasiva, sino más bien que me gusta que en determinadas situaciones, piensen por mi. Y que me digan lo que me van a hacer, sin derecho a réplica, me excita tantísimo que sólo de pensarlo me pongo mala.

Pero es una dualidad la que coexiste dentro de mi. A veces me gusta ser yo la que domino, la que vuelve loca a su pareja hasta no poder más y entonces, jugar con ella todavía un poquito, y ser yo la que decide cuándo y cómo se va a correr. Otras veces me gusta todo lo contrario. Pero en lo que sí suelo coincidir es en lo que me gustan los hombres grandes y fuertes, y sentir esa fuerza y esa rudeza en la cama. Que me agarren los brazos, se echen encima de mi y no me pueda mover.... el no tener voluntad o, si la tengo, quedar sofocada con la fuerza. Que me agarren en volandas como una muñeca y saber que, aunque patalee, no voy a ser capaz de soltarme.

Así que dándole vueltas al asunto, no creo que sea exactamente sumisa, porque también soy impaciente y no me gusta que me hagan esperar para conseguir lo que yo quiero. Si tengo ganas de que me follen, que me follen a la mayor brevedad, porque si no entro en una espiral de cabreo que puede jodernos el juego y cambiar mi excitación por encabronamiento del bueno. A mi lo que me gusta es la fuerza bruta, que le vamos a hacer. El sí pero no, el sentirme sometida por la fuerza y no por el pensamiento. Eso de "sé que estás caliente y quieres que te la meta, pero no lo voy a hacer; cuanto más lo quieras, más te voy a hacer esperar" no es lo que me va... a mi lo que me va es que me empotren contra una pared y me digan. "te la voy a meter en breve, así que no te molestes en protestar e intentar zafarte, porque te va a dar igual". Y yo ahí, empotrada en volandas contra la pared, hiperventilando ya de la excitación y sin poder sacudirme de encima al maromo de turno porque es taaaan fuerte que sería imposible.

No sé por qué me pone tanto la fuerza en un hombre. Pero la fuerza física, aunque la use para obligarme a hacer cosas que en un principio no quiero. Dentro de un buen juego, claro... sentir la fuerza sobre mi es lo que más me gusta. Así que no sé si seré sumisa o no, pero que me gustan los hombres fuertes y grandes... eso me gusta un rato largo!

miércoles, 22 de febrero de 2012

Y el reiki llego a mi vida

Este fin de semana ha sido el mas raro que recuerdo. Mi lado espiritual se ha unido al terrenal para meterme en una lavadora emocional que me ha dejado KO. Se me ocurrió la idea de hacer un curso de reiki con unas amigas y me tenía hipotecado el fin de semana, sábado y domingo completos. Yo no sabía muy bien a qué iba, la verdad, así que cuando nos empezaron a hablar de chakras, energías y no sé qué más flipé un poco, pero como soy muy aplicada decidí entregarme a la tarea. Por la tarde estaba ya subyugada por el momento espiritual e iba a empezar a levitar (básicamente porque llevaba 6 horas sentada en el suelo y me dolía el culo que no veas). El "maestro" hablándonos de lo que nos mentía el cerebro, de lo bien que teníamos que estar con nosotras mismas, etc... todo maravilloso, hasta que le dije que por qué no se hacía abogado matrimonialista, porque cada tía de una pareja que cogía la devolvía divorciada, que así sacaría más rendimiento a sus cursos (sí, es que la vena empresarial me sale de vez en cuando a pasear).

Tanto disfruta de tu vida, sé feliz, energía y flower power me superaron. Y entonces, se le ocurre medir mi yin y mi yang, que es algo así como el equilibrio entre tu parte masculina y la femenina y me dice: "tú tienes más potenciada tu parte masculina, la sensación de inmediatez, de poder... y tu chakra sexual cerrado. El sexo ayuda mucho a abrirlo." Muerta me quedé, qué sabiduría y elegancia al decir las cosas... y como ya digo que yo soy muy aplicada, agarré el guacha y le dije al Chulazo "qué, nos vemos?" y anda que no. Como tenía el culo más cuadrado que la cara de Bob Esponja pero en duro, me fui a dar un paseo para despejarme y de ahí al encuentro del Chulazo. Y menuda noche.... aquí fue cuando se me bajó la espiritualidad a los pies y el lado terrenal y carnal me atrapó en pleno apogeo.

Lo que yo nunca hubiera reconocido es que a mi edad y condición acabara dándome un lotazo de Padre y muy Señor mío en un garito pijísimo antes de entrar a cenar, que porque había un cumpleaños de una cuarentona en el que estaban hasta los abuelos, que si no el Chulazo y yo acabamos follando encima de la barra del bar. Y venga cerveza por aquí y por allá y yo sofocada perdida, el Chulazo agarrando cacha y yo que no sabía si eran las cervezas o el reiki, pero que ya no podía más de las ganas de follármelo en ese instante. Pero claro, si habíamos ido a cenar, apareció la del restaurante a avisarnos de que teníamos mesa. Yo ya no daba pie con bolo, no sé ni cómo conseguía sujetar los palillos (con bastante buen pulso, por cierto) y meterle al chulazo el sushi en la boca como si fuera una versión de "9 semanas y media" del siglo XXI... al acabar de cenar estaba tan beoda que me llevó a tomar una copa porque según él, eso baja el pedo. No lo tengo yo muy claro, igual se quería aprovechar de mi... y tal cual, yo ahí ya estaba desatada. El cumpleaños de la cuarentona se había acabado y yo estaba ya en disposición de darlo todo.

Total, que por fin nos marchamos y para ponerle broche de oro a la noche y tras una estupenda mamada regalada por mi parte en el coche (que vuelvo yo a pensar en que he retornado a los 18 años o algo así, para hacer esas cosas al amparo de la noche en un coche. Quién me ha visto y quién me ve) nos fuimos a un local liberal a saciar nuestra hambre terrenal, que de la espiritual ya me ocuparía yo al día siguiente. Y allí emoción, intriga y dolor de barriga... llenazo total que me cortó el rollo de mala manera y un frío de la hostia. Pero Chulazo estaba ya a tope y yo sólo de verle la cara, más a tope todavía. Lo que tiene eso de tener ganas de follar y no ver el momento, que de repente se quedó un cuartito libre y allá que fuimos los 2 juntitos. Y qué más puedo contar... una intimidad, un gustazo... yo no dejaba de pensar: dios mío, cómo está  este hombre!!! es que es un pecado mortal, pero mortal de necesidad. Cómo besa, que me mareo y todo, cómo me toca, qué cosas me dice... ni reiki ni pollas, en ese momento mi lado espiritual se unió al terrenal y alcancé el cielo varias veces, tantas que me quedé medio dormida (a eso ayudó mucho que eran las 5 de la mañana y la noche anterior no había pegado ojo).

Al día siguiente fui al curso de reiki que no sabía ya si separarme de mi marido y darle la enhorabuena al "maestro" por haber divorciado a una más o llegar alegrándome de lo bonita que es la vida por poder disfrutar de todo lo bueno que me da, hombres incluidos.... En conclusión, 2 días he necesitado para rehacer mis pensamientos. Muy chulo el reiki, pero a mi lo que me va es lo terrenal... hombres a mi que soy mujer fácil!!

jueves, 16 de febrero de 2012

Poniendo letra a mis fantasias

Esta tarde he tenido una conversación en la que por primera vez he puesto en palabras mis fantasías. En realidad, no son exactamente fantasías, sino que me he dado cuenta de que hay situaciones que realmente me vuelven loca, que me encantan por encima de otras y que nunca se me había ocurrido pensar en ellas como lo he hecho esta tarde. Metida en materia, reconozco que he disfrutado como una loca reconociendome a mi misma lo que ya sabía que me encantaba.

Fantaseaba con una noche clara y cálida de verano, iluminada por una preciosa luna llena, retozando en el campo; los 2 cuerpos desnudos, acariciados por una leve brisa, poniendonos la piel de gallina, haciendo que nos peguemos más el uno al otro, compartiendo tanta intimidad, tanta complicidad. Echados en el suelo, sobre una manta, me penetra suavemente, muy suave, encima de mi, la piel ardiendo; está pegado a mi, echado sobre mi, siento todo su peso mientras se mueve dentro de mi, mientras empuja y gime en mi oido. Siento su aliento en la nuca, sus jadeos y le pido que me lo haga lento, lentísimo, quiero sentir cada milímetro de su polla entrando y saliendo de mi. Noto que se excita, se le acelera la respiracion y no puede contenerse. Sin separarse de mi aumenta el ritmo y lo siento, siento cómo llega el orgasmo, de repente. Le inunda por oleadas, se agita y yo lo noto en todo mi ser, cómo se abandona al placer y cae sobre mi, sudoroso, con la respiración entrecortada. Y eso es lo mejor, sentir su peso sobre mi, completamente roto después de la sacudida del orgasmo, de su intensidad; yo todavía excitadisima, inmovilizada por su cuerpo, sintiendo cómo se relaja, cómo se abandona, cómo su polla va haciéndose pequeña dentro de mi. Y yo le acaricio, desde el culo hasta el cuello; le pongo la piel de gallina, le beso, suave, esperando mi turno...

La otra ha sido la constatación de un hecho. Me apasiona correrme cabeza abajo. Echada en la cama boca arriba, con la cabeza colgando por uno de los lados, los ojos cerrados y la garganta abierta a mis gemidos. Cuando entro de lleno en mi mundo, en mi planeta sexo, cuando me desinhibo y se me va la cabeza, tiendo a buscar esa postura: la cabeza colgando hacia atrás sobre los hombros, evadida de todo estímulo externo que no sea mi propio placer. El orgasmo que alcanzo entonces tiene tal grado de intensidad que se me va la cabeza y los ojos se me ponen en blanco, contengo la respiración para no dejar escapar ni una gota de ese inmenso placer que siento. Lo mantengo dentro, sacudiéndome, arqueándome la espalda, electrizando todo mi cuerpo. Y ya no tengo voluntad. Cuando mi cuerpo busca esa postura e inconscientemente empiezo a echar la cabeza hacia atrás, estoy robada de mi misma y en las manos de mi compañero, y es una sensación tan grande, tan inmensa, que me bloquea a todo lo que no sea lo que siente cada milímetro de mi cuerpo. Y me da igual noche que día, 1 que 100, cama, coche o suelo...

Haber descubierto estas 2 realidades me ha dejado shockeada. Perdonadme, todavía me tengo que recuperar.....

martes, 14 de febrero de 2012

Back to 20's

¿Y por qué? porque estoy como entonces, salida perdida y con ganas de jugar. De jugar mucho, pero mucho, mucho... y lo malo (malo no, peor) es que he encontrado la horma de mi zapato. Y me tiene loca perdida y desquiciada y todo junto y más allá. Vamos, que se me ha ido completamente la olla y ya no pienso en otra cosa que en tirármelo de todas las formas posibles, en todos los sitios, posturas, lugares, formas... vamos, que tengo la imaginación disparada y la libido por las nubes. ¿Pero cómo me ha podido pasar esto a mi? ya ni 20, 15 años parece que tengo, mandándole mensajes todo el puto día, viviendo pegada al móvil... ¿Cómo pudimos superar los 15 años los de mi generación sin móviles ni Whassapp? Pero madremiademivida, ¿cómo lo hicimos?

En fin, y eso que echamos un polvito de ná, que ni siquiera me vi yo a mi misma dándolo todo. Joder, que si lo llego a dar quemamos Madrid... Sólo de acordarme me pongo mala y empiezo a pensar mil y una maldades y así no se puede vivir, cachonda todo el día. ¿O sí? no sé... ya no sé nada, estoy más pallá que pacá. Vamos, que como me ataque otra vez contra una puerta, pared, valla o similar ya sí que no respondo. Esos besos, esa lengua, esas manos, cogiéndome fuerte del culo, follándome a saco, como a mi me gusta. Esa cara de loco que me ponía todavía más cachonda y me hacía querer más y más. Y en el mejor momento, nos quedamos sin condones. Tiene cojones la cosa. Y como efectivamente ya no estoy en mis 20`s, lo de a pelo nanai, y así nos quedamos, porque se nos jodió la fiesta.

Y desde entonces ando como un alma en pena. Un calentón permanente, una ansiedad, un desasosiego, unas ganas de follar hasta reventar... Pero eso no es lo peor, no. LO PEOR es que tiene que ser con ÉL y ya no me vale OTRO. Porque si no, ancha es Castilla. Pero no, no, qué va, caprichosa que es una. Estoy como Gollum con su tesoro, ahora le entiendo... pobrete... ¿Cómo me ha podido pasar esto a mi, encapricharme de alguien como una niñata? pues no lo entiendo, pero me ha pasado. Y digo yo.... ¿ahora qué hago?

viernes, 3 de febrero de 2012

Jugar, jugar y seguir jugando

¿Por qué será que me encanta jugar? creo que es la parte que más me gusta del sexo. No tanto los juegos una vez estamos ya en faena (que también) como el juego de la seducción en sí. El tonteo, el tira y afloja, el a ver quién cae antes. No lo puedo remediar, es lo que más me gusta de todo. Llevar a un hombre al límite, a donde yo quiero que esté; tener en mi mano el poder de decidir cuándo, dónde y cómo va a caer. Algo parecido me pasa cuando ya estoy follando: me gusta tener el control de la situación, dominar el encuentro, ser yo quién decida cuándo se va a correr mi pareja y cómo. ¡Ah! es lo más divertido. Me excito sólo de pensarlo.

Estos días he estado de viaje de trabajo y la verdad, lo he disfrutado muchísimo. No he llegado a perder los papeles, pero sí a tener ese juego tan excitante de la seducción, hasta el punto de haber dejado descolocado al contrario. Cuando me acuerdo, no sé si reir o encenderme de puro morbo que tenía la situación. Todo un hombre hecho y derecho perdiendo la compostura por mi culpa, llegando a no saber si iba o venía. Él decía controlar la situación, pero se notaba que estaba nervioso, que no se movía con soltura, que me miraba sin dar crédito y yo insinuandome, retirándome, dejándole pensar.... No cayó, por fortuna, porque entre compañeros de trabajo ya se sabe que mejor mantenerse lejos, pero no por falta de ganas de ambas partes. Si hubiéramos estado solos, sin el resto, no hubiera salido vivo de allí.

Por lo demás, a mi lo que me queda es seguir soñando con su acento italiano y esperando que una futura reunión nos junte de nuevo....