jueves, 16 de febrero de 2012

Poniendo letra a mis fantasias

Esta tarde he tenido una conversación en la que por primera vez he puesto en palabras mis fantasías. En realidad, no son exactamente fantasías, sino que me he dado cuenta de que hay situaciones que realmente me vuelven loca, que me encantan por encima de otras y que nunca se me había ocurrido pensar en ellas como lo he hecho esta tarde. Metida en materia, reconozco que he disfrutado como una loca reconociendome a mi misma lo que ya sabía que me encantaba.

Fantaseaba con una noche clara y cálida de verano, iluminada por una preciosa luna llena, retozando en el campo; los 2 cuerpos desnudos, acariciados por una leve brisa, poniendonos la piel de gallina, haciendo que nos peguemos más el uno al otro, compartiendo tanta intimidad, tanta complicidad. Echados en el suelo, sobre una manta, me penetra suavemente, muy suave, encima de mi, la piel ardiendo; está pegado a mi, echado sobre mi, siento todo su peso mientras se mueve dentro de mi, mientras empuja y gime en mi oido. Siento su aliento en la nuca, sus jadeos y le pido que me lo haga lento, lentísimo, quiero sentir cada milímetro de su polla entrando y saliendo de mi. Noto que se excita, se le acelera la respiracion y no puede contenerse. Sin separarse de mi aumenta el ritmo y lo siento, siento cómo llega el orgasmo, de repente. Le inunda por oleadas, se agita y yo lo noto en todo mi ser, cómo se abandona al placer y cae sobre mi, sudoroso, con la respiración entrecortada. Y eso es lo mejor, sentir su peso sobre mi, completamente roto después de la sacudida del orgasmo, de su intensidad; yo todavía excitadisima, inmovilizada por su cuerpo, sintiendo cómo se relaja, cómo se abandona, cómo su polla va haciéndose pequeña dentro de mi. Y yo le acaricio, desde el culo hasta el cuello; le pongo la piel de gallina, le beso, suave, esperando mi turno...

La otra ha sido la constatación de un hecho. Me apasiona correrme cabeza abajo. Echada en la cama boca arriba, con la cabeza colgando por uno de los lados, los ojos cerrados y la garganta abierta a mis gemidos. Cuando entro de lleno en mi mundo, en mi planeta sexo, cuando me desinhibo y se me va la cabeza, tiendo a buscar esa postura: la cabeza colgando hacia atrás sobre los hombros, evadida de todo estímulo externo que no sea mi propio placer. El orgasmo que alcanzo entonces tiene tal grado de intensidad que se me va la cabeza y los ojos se me ponen en blanco, contengo la respiración para no dejar escapar ni una gota de ese inmenso placer que siento. Lo mantengo dentro, sacudiéndome, arqueándome la espalda, electrizando todo mi cuerpo. Y ya no tengo voluntad. Cuando mi cuerpo busca esa postura e inconscientemente empiezo a echar la cabeza hacia atrás, estoy robada de mi misma y en las manos de mi compañero, y es una sensación tan grande, tan inmensa, que me bloquea a todo lo que no sea lo que siente cada milímetro de mi cuerpo. Y me da igual noche que día, 1 que 100, cama, coche o suelo...

Haber descubierto estas 2 realidades me ha dejado shockeada. Perdonadme, todavía me tengo que recuperar.....

5 comentarios:

  1. buena historia linda :)

    tienes mesn??

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  2. Me satisfaceria mucho disfrutar de esa noche estrellada con vos!!!!

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  3. hola linda kisiera conocerte tienes msn???

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  4. cheka mi foto ...

    http://a6.sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash4/419308_10150537746886428_512731427_9198695_1360041445_n.jpg

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  5. Hola a todos!

    Gracias por vuestros comentarios, aunque no es mi intención usar mi blog para ligar.

    Un saludo,
    Ladylazy

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