viernes, 2 de marzo de 2012

Doble moral

No entiendo muy bien la doble moral de la gente. Parece que uno tiene que hacer lo normal, lo que está establecido, o le ponen ya etiquetas. Vamos, hoy en día se ponen etiquetas por todo:

*Si no te tiras a un tío la primera noche eres una estrecha.
*Si te tiras a un tío la primera noche eres una golfa.
*Si te tiras a muchas tías eres un machote.
*Si no te las tiras eres un pringao.
*Si tu mujer sale a todas horas seguro que te pone los cuernos.
*Si no sale eres un machista que la tiene encerrada...

Y digo yo... Cual será mi etiqueta? En mi adolescencia, mis amigas me llamaban la "putita" del grupo y eso que perdí la virginidad mucho después de que empezaran a llamármelo. Ahora, las que me conocen dicen o que estoy loca o qué suerte tengo. La mayoría se escandaliza cuando les digo que mi marido y yo somos una pareja casi abierta y que consideramos el sexo como algo más de lo que disfrutar. En el fondo pienso que es envidia, que les gustaria hacer lo que hago yo. Tantos años educadas de una manera para descubrir que, al final, la cabra tira al monte.

Yo no me atrevo a hablar de mi vida abiertamente con mis amigas, por lo menos no con todas, pues sé que la mayoría se escandalizaría. La mayoría, además, le da al sexo una importancia desmedida, cuando no es más que una forma de pasárselo bien. Y yo me lo paso estupendamente, aunque no folle todo lo que me gustaría ni con todos los que quisera. Lo único en lo que puedo parecer más antigua es que no todos me valen: si me quieren echar un polvo tiene que haber algo más. Y no, no nos pongamos románticos, que no es eso. Es simple y llana química y afinidad. Me pone más cachonda la idea que el hecho. Así que si un hombre se sabe vender de boca, conmigo tiene el 75% ganado.

Pero volvamos al principio, a las etiquetas, a la doble moral. Estoy convencida de que hay muchísima gente que lleva una doble vida y eso me pudre. Qué sociedad la nuestra. Será que lo que yo hago me parece tan natural que no me daría vergüenza contarlo, pero me asusta esa doble moral, esa etiqueta. Quizá por eso me refugie en este blog; quizá por eso, para moverme en mi doble moral tenga tambié un alter ego...

Debo ser rara. O demasiado normal. Quién sabe.

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