jueves, 10 de mayo de 2012

Abrazada a ti

Hoy estoy blandita, tierna. No triste, pero sí necesitada de mimos, de ser protegida. Hoy necesito que seas tú la que me abrace o que tan sólo me permitas estar abrazada a ti, en el sofá, viendo una peli.Y es curioso, porque me sorprende este sentimiento y me sorprende que sea contigo, que apenas te conozco. Por eso imagino, imagino y te siento blanda y confortable, y me imagino a mi misma recostada sobre tí, viendo la tele. E imagino una sensación cercana al bienestar, a la plenitud. Un abandono, una laxitud me invade y un pensamiento pugna por salir a la superficie, pero lo ahogo repetidamente. Me empiezas a acariciar el pelo, suavemente, el cuero cabelludo e infinidad de placenteros calambres recorren mi cuerpo. Me aprieto a ti, buscando más sensaciones y tú, sorprendida, te quedas quieta. Yo salgo de mi abandono; con los ojos aún entrecerrados, te observo por la rendija de luz de mis párpados. Me estás mirando fijamente y yo te devuelvo la mirada, ahora ya consciente. Todo sucede en un fogonazo y no sé quién dio el primer paso, lo que sí sé es que ese pensamiento ahogado ha salido a la superficie y ahora grita dentro mi cabeza. Te deseo, te deseo tanto.... que el beso que te estoy dando es tan brutal como tierno. Sé que no te ha cogido desprevenida del todo, pero lo que tú no esperabas era esa urgencia que demuestro, que parece querer arrancarte la vida misma. Has girado sobre tu espalda y estoy encima, y te sigo besando, ahora más tiernamente, más delicadamente, no quiero asustarte... porque sé que en estos casos me dejo llevar y me entrego por completo y apenas te conozco.

No oímos la puerta, entregadas como estamos a reconocernos con los labios, con las húmedas lenguas, con las tímidas caricias que van surgiendo de forma tan natural y espontánea. Sólo paramos cuando el grito contenido es tan audible que nos sorprende y nos arranca de nuestro ensimismamiento. Y ahí está él, mirándonos, aturdido. No se lo explica, no sabe cómo he llegado yo a ese sillón, en mi breve pijama veraniego. Mucho menos se explica la escena del beso y no da crédito a lo que pasa. Balbucea, pero no le salen las palabras, así que me incorporo un poco y dejo que tú salgas de tu postura y vayas hacia él. Al fin y al cabo, es tuyo y tú sabes cómo hacerlo. Os observo sentada en el sofa, con las piernas cruzadas, como una cría curiosa. Y tú, tan guapa, tan elegante, tan insultantemente sensual le coges de la mano y le susurras al oído. No sé qué le dices, no lo adivino, pero veo que sus facciones se relajan y sonríe. Y entonces os giráis hacia mi y me da un vuelco el corazón.

Él se acerca a mi y yo me arrodillo sobre el sofá para ganar altura. Me coge la cara con las manos y me besa, absorbiendo todo lo que hay en mi, como si quisiera dejarme vacía. Y tú, detrás de él vas desnudándole poco a poco y vas desnudándote tú. Él abandona su beso y mientras me acaricia con ternura, me ayuda a quitarme la ropa y entonces le hacemos un sandwich entre las 2. Me quedaría así para siempre.... Pero tú, que ves la promesa que encerraban mis besos, nos sacas del ensimismamiento y nos diriges a la habitación. Él y yo te seguimos, como te seguiríamos siempre, de manera incondicional. Una vez traspasado el umbral del dormitorio yo me quedo rezagada, pues me invade la sensación de estar profanando algo tan íntimo, tan vuestro, que tengo miedo hasta de respirar. Y os observo, cómo caéis entrelazados en la cama, cómo os procuráis tantas caricias y besos que no tienen nombre, que me salgo de la escena para disfrutar de la vista, de algo tan íntimo y tan grande que me siento afortunada sólo de haberlo podido ver.

Tú fijas tus ojos en los míos, como entendiendo que me quiero hacer pared para no molestar, y me susurras un "ven" tierno y firme, que ni admite réplica ni quiere admitirla. Así que me aproximo a la cama y me recuesto a tu lado y volvemos a besarnos. Cómo me gustan tus besos! es algo que no puedo dejar de pensar. Nos besamos echadas de lado, acariciándonos, mientras él está acoplado a tu espalda y nos acaricia a las 2. No por mucho tiempo, porque de repente noto que tu boca se abre dejando exhalar un gemido profundo, y entonces me doy cuenta de que él ha entrado en ti y te está haciendo el amor suavemente, mirándome. "Gracias", susurra, y eso me cohibe y me entierro en tu nuca. Tú le estás mirando con la cabeza girada y yo me siento tan parte de todo que comienzo a besar tu cuello, tu clavícula, tus pechos. Me enredo en tus pezones y los mordisqueo, los succiono y juego con ellos. Y lo sé, ya lo sabía, sabía que así llegarías al clímax y me aferro a ellos y a tus caderas para acompañarte en ese orgasmo tan intenso y tan sensual. Sólo cuando te quedas relajada y tranquila vuelvo a besar tus pechos y tu cuello, con besos pequeños y suaves que te hacen cosquillas. Y cuando llego a tu cara me estás sonriendo, sonríes y cierras los ojos, y te abandonas.

Él me mira también sonriendo y vuelvo a sentirme cohibida. Tengo que agachar la mirada, apartar la vista porque no me siento capaz de seguir mirándole. Siento que se levanta de la cama y se acerca a mi e instintivamente me repliego sobre mi misma. Él, paciente, acaricia mis muslos, que van cediendo y se van abriendo poco a poco. Sigue acariciándome y yo me extiendo y me abro, como una flor en busca de sol. Sigo con los ojos cerrados pero le imagino sonriendo, viendo como caen mis murallas, como bajan mis defensas, y en el momento preciso entierra su cabeza entre mis muslos y me lame despacio, como sabe que me gusta, que me vuelve loca. No me quiero correr.... no todavía. Así que me obligo a volver a mi cuerpo y le agarro del pelo. Tiro con fuerza hacia arriba y oigo un "au" sorprendido. Pero se levanta y se pone a mi altura, para mirarme fijamente a la cara. "Follame. Fóllame con todo tu ser" le digo. Y él asiente.

Se sorprende cuando ve que me levanto y voy hacia la pequeña cómoda que tienen en la habitación. Me siento y abro las piernas.... y le sonrío, con cara pícara. Y me devuelve la sonrisa porque ya sabe lo que quiero. Me penetra suavemente y su pecho y el mío se funden en uno. Le miro a los ojos... quiero que me lo haga lento, mirándome a los ojos; quiero que vea mi abandono en sus manos. Y él, que lo sabe, lo hace así, llenándome de un placer inmenso que se acrecienta cuando, por encima del hombro te veo. Te veo a ti, desnuda, tan increíblemente hermosa que me cortas la respiración. Me miras tambien a los ojos, me sonríes y entonces no puedo más. Siento que se me va la vida por las puntas de mis dedos, por mi garganta y tengo que echar la cabeza atrás para dejarla salir por mi boca y que vuelva a entrar de nuevo, después de un orgasmo tan brutal que le arrastra a él conmigo.

Cuando acaba estamos los 3 sorprendidos, como si no supiéramos qué es lo que ha pasado. Nos vamos reposando y él me lleva en brazos a la cama. Sigo alterada, ha sido demasiado intenso. Pero sois increíblemente pacientes, increíblemente tiernos. Me colocáis entre los 2 y al contacto de vuestros cuerpos, me siento en paz y me duermo.

7 comentarios:

  1. Dan ganas de estar abrazado entre las dos

    ResponderEliminar
  2. Por un momento , me he trasladado en espacio y tiempo....

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado VER esa escena, e imaginar a esas dos mujeres....

    Gracias lady por hacernos disfrutar estos momentos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por tus comentarios.... Y que veas esa escena mas veces!

      Eliminar