sábado, 7 de abril de 2012

Tocarte

Recostada en la cama sobre una almohada, la tengo a ella entre mis brazos. Hoy soy yo la que, haciendo de sillón, acaricio su vientre, su pecho, juego con sus pezones. Ella gime y se retuerce, se deja hacer; y es él el que tiene la cabeza entre sus piernas. La beso dulcemente en la boca entreabierta y ella, al notar mis labios, introduce su lengua con avidez, buscando la mía. El beso se hace violento y me empapo entera, agarrada como estoy a sus tetas.

Él se da cuenta de lo cachondas que estamos. Se separa y nos mira entre sorprendido y excitado. Nosotras nos vamos separando lentamente del beso y le observamos también, curiosas y divertidas. No hay que dejar nada al azar, así que deslizo mi mano sobre su vientre y la entierro en su entrepierna. Localizo su botón mágico y con maestría, comienzo a masturbarla. Ella cierra los ojos y se retuerce, pero me deja hacer. Yo no aparto los ojos de él, que cada vez está más sorprendido. Tiene la polla durísima, pero no atina a hacer nada, hasta que sonriendo le digo: "no se la vas a meter?" ella que nos oye, como movida por un resorte, alza las caderas y él no se lo piensa 2 veces: la embiste con fuerza, tanta que oigo chocar sus huevos contra ella. Sigue penetrándola con ansia, pero no aparta sus ojos de los míos, de mi cara de puta.

Sigo masturbando a la mujer, que no tarda en correrse y quedarse temblando entre mis brazos. Él sigue excitadísimo, mirándome como sin comprender qué ha pasado, por qué él no se ha dado cuenta de que ella se corría. No se ha dado cuenta de que me miraba a mi... La hacemos a un lado y quedo abierta de piernas y completamente expuesta; él, de rodillas y empalmado frente a mi. Le sonrío y desvío la mirada por encima de su hombro porque detrás, justo detrás de él, está el otro. Y ambos lo entienden, porque el otro acude solícito, me pone a 4 patas y me la mete despacio, sin prisa, para hacerme sentir todos y cada uno de los pliegues de su polla.

Él me mira sonriendo: "cacho puta", me dice, y cogiéndome del pelo me guía para que le haga una buena mamada. Y vaya si es buena, porque no tarda de llenarme la boca de semen, que trago sedienta. Él me mira y le enseño cómo juego con su leche en mi boca, justo antes de cerrarla y tragármelo todo.

El otro aumenta el ritmo y ya no puedo callar. Le pido que me dé más fuerte, como a mi me gusta. Y eso hace. Noto que él se ha metido debajo de mi y me empieza a comer el coño mientras el otro me folla, correspondiendo a mi mamada, regalándome otra espectacular. Y me corro, gritando, lo que lleva a mi acompañante a correrse conmigo. Me tumbo bocabajo y el otro encima de mi, reposando el polvo. Preparándonos para el siguiente.

2 comentarios:

  1. Tu forma de expresarlo hace que se sienta como real más que como una fantasía.

    ResponderEliminar
  2. Es que espero que sea real algún día....

    ResponderEliminar